Esta segunda parte del reportaje está centrada en las celdas,
sus pasillos y diferentes estancias como el gimnasio, la sala de rayos X o la
enfermería, aun con residuos sanitarios con advertencia de riesgo biológico de
por medio. Como ya se comentó en la primera parte del reportaje, la
distribución de la cárcel era de cuatro pasillos con dos pisos de celdas,
comunicadas por el centro de vigilancia.
Después de treinta años de abandono, el aspecto de este lugar es
imponente. No solo por su aspecto decadente, sino también por la conmovedora
historia de dureza que se vivió aquí durante la guerra. No había rincón que no mereciera una foto. Si los muros hablaran,
seguro que estos contarían verdaderas historias de crueldad y castigo.
La cárcel franquista (1ª parte)
Esta antigua prisión, inaugurada en 1927, recluyó a cientos de
víctimas de la represión franquista. Dirigentes obreros, intelectuales,
maestros, anarquistas, comunistas, socialistas, republicanos, guerrilleros...
una época de lucha contra la libertad que se caracteriza por lo trágica que
fue. Dentro de estos muros se recuerdan verdaderas historias de dureza y
sufrimiento.
La prisión fue una de las mas grandes de la época. Disponía
de dos pisos de celdas, repartidas en cuatro pasillos. En el centro estaba el
puesto de mando y vigilancia, formando la típica distribución de las cárceles,
asegurando la total vigilancia desde un solo punto. La zona derecha según se
entraba, correspondía a las mujeres, totalmente aislada de las instalaciones
para hombres, aunque las leyendas carcelarias hablaban de visitas de ciertos
personajes privilegiados (funcionarios y presos clase A) a este enclave. Además
de celdas, esta cárcel poseía barbería, enfermería, odontología, sala de rayos
x, aulas de enseñanza, economato, comedor, gimnasio, patios exteriores y otras
dependencias auxiliares necesarias para la modesta y dura vida de una cárcel.
Treinta años después de su cierre, el estado actual es
francamente (nunca mejor dicho) asolador y tenebroso. Musgo, grietas y
humedades decoran toda la fachada. Por dentro el aspecto de los pasillos es
gigantesco y a la vez igual de decadente. Recorrerse cada estancia de esta prisión
y encontrarse aun con todos los detalles de su época de funcionamiento fue toda
una experiencia. Como siempre en cada exploración, el respeto hacia el lugar es máximo.
Desde hace unos años ya tiene un plan de recuperación en el que no podía faltar una zona de museo y recopilación de su historia, tan trágica como la vida en aquellos años.
Centro esta primera parte del reportaje en los patios exteriores junto con alguna de las primeras salas de reinserción y salas de vis a vis, una de ellas agrietada con lo que parece un impacto de bala.
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